LA CASA SIETE.
LA PAREJA. EL MATRIMONIO, LOS
ASOCIADOS.
Leonardo
Díaz
Astrólogo
Metafísico
Este es el sector de
la Carta Natal que corresponde al signo de Libra y representa los patrones
energéticos con los que nos identificamos al relacionarnos de persona a
persona, principalmente nuestras relaciones de pareja.
El sector opuesto a
la Casa Siete es la Casa Primera que representa el signo Ascendente, donde se
definen los patrones básicos de nuestra personalidad. Enamorarnos surge de la
necesidad de complementarnos con aquellas energías opuestas a lo que hemos
definido como nuestra identidad. Es por esta razón que lo opuesto nos atrae.
Según son los patrones energéticos de nuestra Casa Siete, así serán nuestras
proyecciones y fantasías sobre el tipo de personalidad que nos producirá una
atracción irresistible. En el fondo nos enamoramos de una parte de nosotros
mismos que proyectamos en la otra persona.
En Astrología
tradicional se le denomina a la Casa Siete el sector del matrimonio. En
realidad es el sector de nuestras proyecciones interpersonales, de persona a
persona, en la que a través de esas partes fragmentadas de nuestra psiquis
tratamos de complementarnos.
Las personas que nos
atraen son los protagonistas de nuestras proyecciones, igual ocurre con las
relaciones interpersonales en las que experimentamos el odio. Todos sabemos que
el odio y el amor son la misma energía pero de polaridad contraria.
La esencia de la Casa
Siete la podemos definir en esta frase: “Busco una pareja con las cualidades
que deseo desarrollar”. Debemos tener presente que somos una totalidad, pero nuestra psiquis está
constituida por elementos que, por proyección, hace que nos busquemos a
nosotros mismos en los otros. Es por esta razón que no debemos juzgar los tipos
de relación que los demás llevan. Cada Ser vive su propia proyección en eso que
llamamos buscar nuestra media naranja, nuestra mitad o alma gemela. Lo
importante de la experiencia de viajar por esta vida es aceptar lo que nos
gusta.
Nadie puede
enamorarse por otro, como tampoco existen modelos ideales como galanes y
símbolos sexuales, todo eso es falso. Cada uno de nosotros tenemos una
estructura por la que experimentamos el mundo, en este caso el tipo de persona
que nos complementa.
No podemos cambiar
nuestra Casa Siete. Lo único que podemos hacer es hacernos conscientes de como
funcionamos, así podremos manejarnos mejor y con menos conflictos. Si tu pareja
te dice "no cambies nunca", estas en tremendo problema, ya que ambos
irán realizando ajustes en sus proyecciones a medida que el tiempo transcurre y
ciertos planetas en su movimiento diario, transitarán el sector de nuestra casa
siete.
El mecanismo
psicológico de la proyección está
claramente demostrado en el significado de la casa siete de nuestra carta
natal. El matrimonio, tal como lo refleja la casa siete, es una realidad
proporcional a la integración interna. La mitad transexual de la psique está íntimamente conectada con las cualidades
del conyugue que la casa siete resalta.
El ser humano crea su
mundo constantemente según el tipo de pensamiento que genera, produciendo una
realidad que no es más que la expresión externa de sus pensamientos. Las
experiencias que un individuo vive siempre están relacionadas con sus
contenidos psíquicos. Aunque no comprendamos
racionalmente el mecanismo que tiene lugar entre nuestros contenidos y las
formas de energía externa, sabemos que este fenómeno ocurre en todos los
individuos. Enamorarnos surge de la necesidad de complementarnos con aquellas
energías opuestas a lo que hemos definido como nuestra identidad. Es por esta
razón que lo opuesto nos atrae.
El problema que
generan nuestras proyecciones es el de precipitarnos en el matrimonio temprano
cuando hemos idealizamos a esa persona. Ocurre que cuando convivimos e
intimamos las proyecciones pueden alterarse, lo que hace que proyectemos lo
contrario, entonces comenzamos a ver en la otra persona defectos y cosas
negativas. Además, cuando crecemos personalmente y maduramos, las proyecciones
sufren grandes cambios.
La
casa siete representa las asociaciones, no solo las matrimoniales, sino, a los
socios de negocios, a aquellos que comparten intereses en un asunto. También
representa los enemigos directos, a quienes enfrentamos en disputas pleitos,
demandas o procesos judiciales. Los tránsitos por esta casa indicarán los
momentos propicios o no para los asuntos de esta casa.
Los
planetas situados en esta casa hablan de nuestra capacidad para mantener este
tipo de relaciones y del tipo de personas que buscamos para ellas.
Significado general
de la Casa Siete:
Matrimonio, divorcio, fidelidad o infidelidad conyugal, las
asociaciones, los enemigos abiertos o declarados, los pleitos con la justicia,
los contratos, la personalidad que proyecta el cónyuge, los rivales sociales,
las uniones legales, las relaciones bajo contrato, el hogar conyugal, la
felicidad matrimonial, las facilidades o dificultades para la realización del
matrimonio, la fundación o disolución de una sociedad, el grado de armonía y
comunicación en el hogar conyugal, el deseo o no de establecer relaciones
duraderas y legalizadas, el concepto ideal del matrimonio, la complementación o
no con el cónyuge, la ganancia o la pérdida de los procesos legales.
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